Catherine Aravena:

La fundadora de Vejez Activa era una veinteañera cuando llegó a hacer su práctica a una hospedería del Hogar de Cristo. Se enamoró tanto del trabajo con los adultos mayores, que decidió estudiar psicología, sacó un magister en gerontología y creó Vejez Activa.

Por Valentina Miranda G.

20 Febrero 2024 a las 11:56

Cuando tenía 20 años, Catherine Aravena (31) llegó a la hospedería del Hogar de Cristo en Puente Alto para hacer su práctica en técnico en asistente social, carrera que había estudiado en el colegio. Se podría decir que fue un amor a primera vista.

“Siempre me gustó el tema del adulto mayor. Al lado de la hospedería había un centro donde los mayores pasaban durante el día y yo me quedaba allí con ellos. Luego en la tarde, cuando empezaban a llegar las personas en situación de calle, me iba a la hospedería. Me enamoré del trabajo que hacían, me dejé sorprender y me di cuenta de que lo que yo sabía era nada”, recuerda.

Catherine (abajo de rodillas) en sus tiempos de alumna en práctica acompañada de adultos mayores del centro diurno del Hogar de Cristo en Puente Alto. Ahora dirige su propia fundación: Vejez Activa.

Terminada su práctica, le ofrecieron quedarse como coordinadora de los voluntarios que hacían ruta calle los días viernes en varios sectores de Puente Alto. Fueron tres años, en lo que siguió yendo al centro diurno y a la hospedería.

“Hicimos un trabajo muy lindo. A varios les enseñamos a leer y escribir, les ayudamos a empoderarse para que pudieran salir de la calle. Con algunos nos fue bien, otros se mantenían en un ir y venir y nos tocó también despedir a varios. Gané grandes amigos y sé que donde estén, me están cuidando”.

Recuerda en especial el año 2017, porque se dio una situación, por decir lo menos, curiosa: murió un acogido cada fin de semana largo que hubo. Fueron tres seguidos. “Los viernes salíamos a la ruta calle como a las 10 de la noche y los acogidos se quedaban en la hospedería hasta la 1 o 2 de la mañana esperando que volviéramos. Un viernes la ruta fue muy corta. Volvimos como a las 12 y nos quedamos conversando con uno de ellos, Bernardito, de cómo había sido su vida hasta llegar a la hospedería. Se sentía avergonzado. Sólo horas después un monitor nos escribió que había fallecido, se había quedado en el sueño”.

Otro fin de semana largo murió otro adulto que estaba con cáncer y el tercer caso fue un hombre que tomaba mucho. Se cayó en la calle, llegó a la hospedería curado y se fue a acostar. No informó que se había caído. También murió en el sueño: tenía un TEC cerrado.

MAGISTER EN GERONTOLOGÍA

Aunque a Catherine le encantaba el trabajo social, decidió estudiar psicología, atraída por los temas relacionados con salud mental y personas mayores. Así, después de titularse, partió por tres años a Brasil para hacer un magister en gerontología, ciencia que estudia el envejecimiento desde diferentes perspectivas: biológicas, clínicas, socioeconómicas, psicológicas, políticas y culturales. Actualmente está formándose como doctora en Psicología.

Dice que le apasiona el trabajo clínico comunitario relacionado a salud mental, envejecimiento, deterioro cognitivo, funcionalidad y vulneración de derechos, en especial de los adultos mayores. El origen de esta pasión se encuentra nuevamente en su trabajo en el Hogar de Cristo.

Catherine Aravena (segunda de derecha a izquierda) en sus tiempos de voluntaria del Hogar de Cristo, experiencia que definió su futuro.  Hoy dirige Vejez Activa,

En ese tiempo −dice− había muy poca información de cómo era el proceso de envejecimiento. Ni se usaba la palabra edadismo para referirse a la discriminación social por edad que afecta a muchas personas mayores. No había políticas orientadas a este grupo de la población. Recién se había creado el Servicio Nacional del Adulto Mayor.

Con la experiencia en Brasil −donde efectivamente las personas se reconocen como sujetos de derecho, según cuenta−, volvió a Chile con una maleta cargada de ideas y sueños. Fue poco antes del estallido social. Al poco andar se declaró la pandemia, una situación nueva que llevó a la difusión de mucha información errada. “Se decía que sólo mataba a los viejos y en realidad era más mortal para las personas con patologías. Se tomaron medidas muy extremistas y los metieron a todos en el mismo saco, siendo que la vejez es muy diversa. Lo bueno es que la pandemia ayudó a visibilizar a los mayores”, señala.

Esto la motivó a grabar videos cortos con información sobre el envejecimiento desde distintas perspectivas, los que compartía en grupos de whatsapp de personas que trabajaban con adultos mayores.

NACE VEJEZ ACTIVA

Este trabajo de difusión e información empezó a tomar una estructura, se fueron sumando otros profesionales, para finalmente dar vida en 2022 a la fundación Vejez Activa, de la cual Catherine es fundadora y directora. La acompañan una trabajadora social, una terapeuta ocupacional y un ingeniero, además de diez voluntarios. “Somos pequeños, pero con un corazón muy grande”, dice, entre risas. Su deseo es que este año ingresen más profesionales a la fundación y tener más apoyo de voluntarios, de manera de tener presencia en distintos puntos del país.

La fundación Vejez Activa nació en 2022 con la idea de ser una respuesta al envejecimiento desde una mirada biopsicosocial integral. En la foto, su fundadora durante una jornada sobre salud mental con adultos mayores de San José de Maipo.

Entre otras actividades, la fundación dicta un curso de capacitación para profesionales que trabajan con adultos mayores en instituciones públicas y privadas, ya que, por su experiencia, muy pocos los tratan como personas de derecho. Además, ofrece atención clínica individual y grupal a personas mayores, familias y/o cuidadores desde un enfoque biopsicosocial integral. También han realizado charlas sobre envejecimiento en colegios vulnerables y participado en proyectos de educación en digitalización para personas mayores.

¿Su desafío? Que Vejez Activa se posicione como un referente en temáticas de envejecimiento en cuanto a psicoeducación e intervención.

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