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Clarck Chery, de Jugaos:

“Es cosa de sacar lo que tienes en tu corazón y en tu mente”

Todos los estudiantes que han participado en este interescolar de debate han destacado por su oratoria, investigación y trabajo en equipo. Uno de ellos es oriundo de Haití y con sólo 3 años de clases de español, se plantó con seguridad ante su competidor, cuando le tocó cerrar la contienda verbal y dar el remache final. Hoy, junto a su equipo, avanzó a la segunda ronda.

Por María Luisa Galán

26 Agosto 2020 a las 14:50

 

Clarck Chery (16) es parte del equipo del Colegio Polivalente San Alberto Hurtado de Estación Central que se encuentra participando en Jugaos, el torneo interescolar de debates que organiza el Hogar de Cristo y la fundación Padre Hurtado. En la primera ronda del torneo, junto a su grupo le tocó defender la postura en contra del mito “las personas que viven en pobreza son sucias”. Él tuvo el puesto de la conclusión, que no es fácil, porque es el que cierra y puede dar el golpe de gracia a la posición opuesta.

En noviembre próximo cumple tres años de su llegada a Chile desde Haití. No sabía español, pero gracias a sus profesores y compañeros pudo aprender tanto, que le permitió ser parte de un equipo de debate, ganar y pasar a la segunda ronda. Lo invitó a participar el profesor Claudio, quien le explicó lo que era un debate. Lo pensó, le preguntó a su mamá y aceptó para participar y “ver qué puedo hacer”. Se preparó sacando “cosas” de internet, escribiendo y creando teorías en su mente. “No me pareció tan duro, al comienzo estuve nervioso, aprendiendo las cosas más difíciles como la aporofobia, y viendo otras cosas en internet para saber más. No es tan difícil participar, es cosa de sacar lo que tienes en tu corazón y en tu mente”, cuenta.

Jorge Blake, sociólogo de la Universidad Católica, también participó en “Jugaos”, pero como jurado. Él también fue un “debatiente” en su época escolar, así que entiende perfectamente lo que están viviendo los jóvenes en este torneo. Hoy, desde una mirada académica valora el profesionalismo con que los estudiantes han enfrentado el campeonato. “A los jóvenes se les identifica por ser apasionados, y a veces quedamos atrapados en esa característica y es muy potente cuando un joven no sólo es capaz de mostrar su pasión por un tema, sino que de mostrar otra cara, asociada más al mundo adulto, que es la seriedad, el ser sistemático, tener respaldo, saber argumentar. Es muy potente verlos en esa doble característica de la pasión y capacidad reflexiva, de detenerse, analizar, y esa síntesis entre convicciones y pensamiento profundo me impresionó mucho en los cuatro colegios que me tocó ver”, argumenta el además socio de BCO Consultores.

Son 16 colegios los que participan, de 10 comunas de Arica a Punta Arenas, teniendo que debatir sobre algún mito relacionado con la pobreza y la desigualdad. Sobre el torneo, Clarck Chery comenta: “Me parece bien hablar de las cosas que pasan en Chile y el mundo, de los lugares que son pobres para aprender más, ayudar y saber cómo actuar”.

“Jugaos” es un torneo virtual, se transmite a través del Youtube del Hogar de Cristo y del Facebook de la fundación Padre Hurtado, un plus que permite que colegios alejados de Santiago puedan participar. Se facilita y se ahorra el traslado y alojamiento, aunque se pierde la emoción y tensión que se vive en una sala. “Pero es muy sabio atreverse a hacer este formato online, porque estamos en un momento en el que debatir es una habilidad precarizada en la sociedad, cuando es una habilidad esencial para el proceso que estamos viviendo, el proceso constituyente y la reflexión que se abrió desde el estallido social. Entonces, es algo muy testimonial hacer un debate interescolar en este contexto, porque pone en valor la capacidad de escuchar al otro, con respeto, criticar sus argumentos sin invalidar a las personas, que es algo que estamos viendo mucho en la escena pública. Defender una postura con la que no estoy de acuerdo, tiene valor porque estamos acostumbrados a atrincherarnos en nuestras creencias y no hacer el ejercicio de qué hace el otro que sostenga esa postura. El ejercicio que implica el debatir tiene un valor ciudadano siempre, pero sobre todo en el contextual que estamos viviendo”, sostiene Jorge Blake.

Jorge participó en el “Club de la Palestra”, el grupo de debates de su colegio. Gracias a este espacio aprendió a soltar su timidez, por eso valora estas instancias que permiten que los jóvenes descubran sus talentos. “Nunca ha habido dudas del valor formativo de los debates. Lo que sí ha cambiado es su valoración institucional dentro de las comunidades educativas. Desde mi experiencia, ha habido una suerte de profesionalización y de integración al currículum de los club de debates que muchas veces operaban como iniciativa de un profesor entusiasta, por lo general de lenguaje o historia, que sostenía estos club con mucha voluntad pero no necesariamente con respaldo institucional. En la medida que los colegios han ido valorando estos espacios se han institucionalizados, con más recursos y con autorización para valorar las horas de participación de los jóvenes”, cuenta el sociólogo sobre la importancia de esta y otras instancias escolares que desarrollen las potencialidades de los estudiantes.

Clarck Chery vive junto a su mamá y padrastro en Puente Alto. Antes de la pandemia, se levantaba a las 5.30, a las 6.10 salía de su casa, a las 6.20 tomaba la micro y llegaba a las 7.56 al colegio. Está en tercero medio y ahora estudia desde la casa con material que le envían sus profesores a través de las redes sociales, y sueña con ser arquitecto. “Una beca me ayudaría mucho pero eso sólo el futuro lo puede decir, no lo sé”, dice con esperanza. Por ahora está preocupado de los debates, en la segunda ronda le tocará debatir junto a su equipo el mito sobre “las personas con discapacidad son un obstáculo en el trabajo”. Va primero, presentando, es el que tiene que dar el primer impulso a su equipo compuesto su mayoría por jóvenes de diferentes nacionalidades, pero él es el único que no tiene el español como su lengua nativa. Cuenta que su mamá, que no sabe español, está nerviosa pero feliz de que su hijo represente a su colegio y participe en Jugaos.

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