

El estreñimiento en personas mayores es un síntoma frecuente y puede afectar significativamente su calidad de vida.
A medida que las personas envejecen, el proceso de digestión se ralentiza porque se reduce la capacidad de los nervios para estimular contracciones musculares intestinales coordinadas y adecuadas, lo que provoca un tránsito lento de las heces. Como al mismo tiempo se produce una mayor absorción de agua, las deposiciones son más duras y secas, lo que hace que la evacuación requiera más esfuerzo y en algunos casos sea dolorosa y poco frecuente.
También hay otros factores que influyen en la dificultad para ir al baño: inactividad física, dieta inadecuada, depresión e ingesta de medicamentos que afectan el sistema nervioso intestinal (por ejemplo, algunos fármacos utilizados para la depresión, para la hipertensión arterial, para la alergia y para el Parkinson, antiácidos que contienen aluminio o calcio, suplementos de hierro y ciertos analgésicos).
En cuanto a la dieta, ésta tiene un impacto directo en el tránsito intestinal. Comer gran cantidad de carnes ricas en grasas, alimentos preparados, productos lácteos y huevos, o postres ricos en azúcar, puede causar estreñimiento. Especialmente si no se toma suficiente agua ni se comen alimentos ricos en fibra como verduras, frutas y cereales integrales.